He contado muchas veces cómo llevo una vida integrada en la que el trabajo, mis hobbies, mi tiempo de aprendizaje y hasta mi descanso están supeditados unos a otros. Yo no desconecto. Creo que si necesitas «tener tiempo libre como emprendedor», si necesitas desconectar de esa idea a la que estás apostando, entonces algo huele a podrido en Dinamarca.

¿A qué viene la cháchara? Hoy le contaba a una amiga que tengo un nuevo proyecto en el que trabajo de 8 a 10 de la noche, es sobre flujos de tráfico orgánico, e iba a explicarle de qué se trataba cuando ella me pregunta: trabajas mucho ¿y cuándo tienes tiempo para ti?

Mi cara de WTF fue más o menos así:

Y es que desde que soy emprendedora toooooodo mi tiempo es para mí. Se acabaron esas normas de entrar y salir a una hora en la oficina, de tener que pedir un permiso para ir al médico, de estar en reuniones que eran auténticas pérdidas de tiempo.

Ahora todo el tiempo es para mí, porque mi proyecto, mi trabajo, cualquier cosa que eleve mi dopamina, que me haga luego dormir como un bebé 10 horas seguidas, es parte de mi vida. No está afuera, no esta a la fuerza ahí intentando cuadrar.

Pero entonces, no tienes tiempo libre como emprendedor

¿Cuándo tengo tiempo para mÍ? Las 24 horas del día. Creo que ella lo que intentaba preguntarme es si tengo tiempo libre como emprendedor. Y eso es distinto. La respuesta es no, no hay tiempo libre, y para cuidarte emocional y mentalmente mi consejo es que integres tu trabajo a tu vida.

Les pondré un ejemplo práctico, hay un personaje muy famoso en el mundo de las startups colombiana, de apellido Torrenegra, uno de los mayores referentes del teletrabajo y del movimiento tech en el país.

Lo sigo en Instagram y veo algo muy genuino: es un esposo – emprendedor (y lo ves motivando a su esposa en varios proyectos, incluso trabajando juntos en alguno de ellos); es un padre-emprendedor (y lo ves incluyendo a su pequeña hija en el mundo de la tecnología, alentando sus pequeños pero notables descubrimientos).

Sabes que es un empresario, que es inversionista, que emprende en nuevos proyectos, pero al mismo tiempo es familia, es padre, es esposo, es coach. Él describe muy bien lo que quiero decir.

Esto de integrarte al trabajo, al que es tuyo y te genera los ingresos a ti, no lo aprendí de la noche a la mañana. Yo fui empleada durante 18 años, pero observaba a mi esposo, una persona con una vocación y un compromiso por lo que hace, que incluso el día que nos casábamos pidió tiempo antes de entrar a ver al Juez porque «estaba levantando un servidor». Así que la mitad de cómo trabajo viene por él, y la otra mitad porque el tiempo me ha enseñado.

Fíjense algo, el hecho de «trabajar 24 horas» (porque básicamente despierto y es pensando cómo puedo mejorar todo hoy) no significa que sea una esclava de mis clientes. No es que les atiendo las 24 horas, ni que estoy conectada las 24 horas, pero si tengo rutinas que me permiten trabajar por lo que amo cada vez que respiro. Y sobre eso ya escribí aquí y aquí.

Hoy también es domingo y escucho un playlist de The Strokes.